Rehabilitación de casa emblemática para alojamiento turístico en la Atalaya, Santa Brígida

Ubicación
C. Juan Bordes 21-23-25. 35310 Santa Brígida
Año de terminación
2021
Superificie construida
823,00 m2

Estudio
Ademas Arquitectos
Arquitecta
Eleonora Bocci
Arquitecto
Fernando Pons Bordes
Ingeniero
Juan José Pons Bordes, Además Ingenieros
Aparejador
José Mena Esteva
Aparejador
Marco Antonio Plata Infante
Promotor
Agrícola la Atalaya SA
Constructor
Construcciones MFV SL


Memoria

El proyecto tenía como fin rehabilitar una villa familiar de unos 110 años de antigüedad. Una casona con lagar de principio del siglo XX, con una clara influencia de la arquitectura inglesa.

La villa (edificio protegido en el planeamiento de Santa Brígida) era la residencia familiar de los promotores. Se ha trabajado para convertirla en una Casa Emblemática para albergar 7 apartamentos-suites, totalmente independientes unos de otros con nuevas dotaciones en las zonas comunes de la finca: parking, piscina, solárium y barbacoa, ubicados en el amplio jardín que rodea la casa.

La construcción tiene varios detalles arquitectónicos reconocibles de la casa típica del neocolonial anglosajón, como por ejemplo el porche de la entrada y el elemento con baranda de la terraza que la rodea. También tiene elementos del estilo medieval-victoriano, como columnas, arcos, balaustradas, ventanas ojivales, y torres con almenas y merlones en el lado oeste.

Otra referencia de influencia inglesa la constituye el modelo de jardín. Este modelo de villa ajardinada surgía del gusto que la aristocracia inglesa había adquirido por la construcción de casas de campo con fines terapéuticos, aunque también respondían a una forma de marcar el estatus y el prestigio entre la sociedad estamental inglesa de los siglos XVII-XVIII.

Además del gran jardín, es importante destacar la presencia del lagar, que no cuenta con ningún estilo arquitectónico asimilable al típico de los lagares de la zona: Se trata de una edificación aislada de planta rectangular con cubierta plana frente a la habitual de techo a dos aguas con teja árabe que caracteriza a los lagares del Monte Lentiscal. Esta bodega surgió junto a la casa a principios del siglo XX cuando la actividad vitivinícola en Gran Canaria conoció un nuevo impulso, después del momento de su mayor desarrollo, del que son la mayoría de las otras bodegas, a lo largo del siglo XVII.

La distribución del edificio principal tiene una forma de U. El ala este de la vivienda fue desarrollada con cubierta a dos aguas formada por vigas de tea, losa de madera y hormigón in situ. El lado Oeste, consta de cubierta plana soportada por entrevigado de madera y torta de hormigón que se ha respetado en la reforma aunque añadiendo unos refuerzos estructurales y eliminando los elementos antiguos de fibrocementos.

La villa principal se compone de muros portantes de sillares y bolos; con tabiques divisorios de ladrillos macizos de cemento y arena. La carpintería interior y exterior era de madera de riga pintada. Los pavimentos de planta baja eran todos de losetas hidráulicas mientras que en la zona de los dormitorios de las plantas superiores, de madera de tea.

En cuanto al diseño y al ritmo de los huecos, se puede notar como la característica principal de las aberturas es la simetría y la verticalidad.

En el momento del proyecto, la edificación se encontraba muy deteriorada al ser una vivienda de dimensiones desproporcionadas para una familia actual. Lo que hacía su mantenimiento totalmente inviable económicamente.

Con la rehabilitación ejecutada se ha perseguido mantener completamente la esencia de la villa, con un aspecto exterior prácticamente invariado. El lagar, donde se ha ubicado la recepción del nuevo uso turístico, vestigio de la finca original, permanece prácticamente inalterado. Se ha buscado reunir en él los objetos ligados a ese mundo para que todo visitante pueda entender la esencia de la finca.

En el proyecto de restauración se pretendió rehabilitar los huecos existentes, en todo caso ampliándolos (de ventana a puerta ventana) y recuperar los que se habían tapiado para protegerse de la intemperie, intentando siempre respetar y mantener la simetría sin alterar la estética del conjunto.

En la idea de la organización de la distribución, aunque siendo funcional a las exigencias del nuevo uso, se ha proyectado la intervención con el cuidado de no desvirtuar o esconder la estructura originaria.

La nueva distribución cuenta con 7 apartamentos/suites, incluyendo uno adaptado para PMR. Cada apartamento está dotado de baño, cocina, terraza y dos entradas independientes desde el exterior.

Se han mantenido la mayoría de los pavimentos hidráulicos de la época, usando un nuevo suelo cerámico que imita madera, para uniformar el resto. En las plantas superiores se han respetado los suelos originales de madera, reforzando en algún caso la estructura portante. Se han descubiertos las paredes para dejar vistas las piedras de mayor valor y se ha buscado mantener en todo momento los techos de madera originales vistos, lo cual ha supuesto un reto muy importante para ubicar todas las instalaciones necesarias al confort moderno, sin que se notaran.

En los dos apartamentos dúplex, se ha construido un nuevo volumen central en la planta superior, retranqueado respecto a la fachada trasera, para albergar los baños. Se ha ubicado un aseo en la planta baja de cada uno de ellos.

Se ha sustituido la carpintería de madera exterior por una de aluminio que garantiza una mejor eficiencia energética y mas fácil mantenimiento teniendo en cuenta las exigentes condiciones climáticas de la zona.

También en el mobiliario interior se ha intentado integrar muchos de los elementos originarios presentes en la casa, con lo nuevo, para garantizar la funcionalidad del cambio de uso sin olvidar su esencia original.

La finca ha sido dotada de una planta de paneles fotovoltaicos ubicados estratégicamente en los techos planos, fuera de la vista de los huéspedes. Una instalación para autoconsumo y conexión a red, con aprovechamiento de la energía excedente. Se ha perseguido un consumo energético mas sostenible, teniendo en cuenta, a parte la nueva dotación de acondicionamiento para frio y calor de toda la estructura, también el plus de exigencia generado por la piscina climatizada. El conjunto de la nueva instalación, con bomba de calor, ha permitido reducir un 82% la demanda energética frente a la de un sistema tradicional.

Por ultimo, se ha creado una cómoda zona de parking, con previsión para carga de coches eléctricos y con entrada a través de un acceso rodado por una calle secundaria, eliminando el anterior ingreso desde la vía pública principal, muy problemático debido a la estrechez de la carretera.


Ubicación