Memoria
Intervenir en el barrio de Vegueta siempre tiene un aliciente especial ya que el mismo constituye el lugar donde la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria tuvo su origen a finales del siglo XV.
Y especialmente la calle de Los Balcones que, con su empedrado, nos lleva hasta las casas con la arquitectura más antigua del barrio. Las fachadas que dan a esta calle recogen los variados estilos arquitectónicos tradicionales y cultos que se dieron en el Real de Las Palmas.
Es por ello el interés de la nueva Universidad de Las Hespérides de establecerse justo ahí, en el centro de la historia para que, desde ese centro se constituya un campus híbrido, el cual conectará diariamente desde Gran Canaria y Tenerife con una comunidad universitaria global. Estos campus están diseñados para que sus estudiantes y profesores vivan la experiencia de estar en el archipiélago canario, se encuentren donde se encuentren.
Cuando el promotor se pone en contacto con nosotros nos pone en antecedentes del largo proceso que le ha llevado hasta aquí. Incluso disponía de un proyecto del año 2010 redactado por la arquitecta Eva Martínez Úbeda, el cual tenía licencia concedida, pero que, con el nuevo programa solicitado por la Universidad, las nuevas exigencias técnicas, y acompañado del deterioro sufrido por el edificio en estos últimos 11 años, se le tenía que dar un nuevo enfoque y solución adecuado al mismo.
La intervención pretende adecuar el uso de edificio administrativo de la universidad en un edificio del siglo XVIII, de 2 plantas, en esquina, representativo de la arquitectura neoclásica, caracterizado por la presencia de huecos de proporción vertical rítmicamente dispuestos y recercados en piedra. Ornamentación austera concentrada en los dinteles de los huecos. Destacan las ventanas de guillotina de la planta superior. La composición queda enmarcada entre pilastras en los extremos de las fachadas, la cornisa y el zócalo de cantería, que se pretende recuperar.
En el interior, debe señalarse el patio y la galería superior hacia el mismo, con dos de los lados cerrados y otros dos lados abiertos, aquí aparece algo de decoración en el tallado de madera, aunque no es una de las más características del barrio, ya que no tiene balaustrada y se resuelve con naturalidad. Dicha galería se encuentra sustentada sobre jabalcones de madera, empotrados en los muros de piedra, dejando, de esta manera, libre el suelo. Consecutivamente nacen unos pilares o postes principales, desde el piso de la galería ascendiendo una segunda serie de elementos de madera que llegan hasta el nivel de la azotea, sosteniendo el remate del patio.
Edificio de valor arquitectónico, integrado en un conjunto urbano de interés en el entorno del núcleo fundacional de la ciudad. El mismo se encuentra todo catalogado excepto el patio trasero, en el cual intervenimos posicionando una escalera-escultura de acero para poder comunicar los tres niveles.
El acceso principal desde la calle de Los Balcones se produce a través de uno de los huecos que componen la fachada. No se diferencia por ningún elemento característico de los contiguos. Después de pasar la primera puerta, el zaguán, el mismo se concebía como un espacio abierto al patio, aunque protegido, que permitía el paso, en recodo. Desde la puerta de la calle éste se convierte en un elemento esencial organizador, con la aparición de la tipología constructiva de la casa-patio. Detrás de la puerta de la calle hay una segunda; el espacio entre ellas es la anchura de las habitaciones de la casa: este sitio se llama la Casa Puerta, la externa quedando en general abierta todo el día cerrándose por la noche. Cuando se pasa la puerta interior, puerta maciza de tea, elaborada en madera lisa tachonada y con herrajes del siglo XVII, se accede al patio.
El patio central no cuenta con elementos típicos de la zona como fuentes o grandes macetas, se han realizado diferentes intervenciones posteriores que desfiguran el diseño original del mismo. En un lateral del patio nos encontramos una escalera de dos tramos, la cual tenemos que recuperar tanto en sus acabados como en su porte, dicha escalera nos lleva hasta la galería superior, la cual es la vertebradora de la organización de la segunda planta.
La estructura de la vivienda se compone por los muros, de mampostería con un conglomerado de adobe (tierra, arena, cal, áridos y fibra). Se disponen sillares de piedra aparejada en esquinas, cruces de crujías, arriostramientos y engarzando los huecos a la fábrica general del edificio. Los muros poseen espesores aproximados entre 45 y 60 cm, observándose mayores espesores en planta baja.
Los forjados originales se definen con correas de madera y forjados de tablillas o entablado de madera con distintos espesores. Las correas de madera poseen dimensiones variables y se disponen empotradas en los muros de mampostería.
En la intervención, se observa la presencia de humedad en estos encuentros, los forjados de madera existentes no poseen capacidad portante suficiente para el uso previsto, siendo imprescindible su refuerzo o sustitución; además, están afectados por agentes xilófagos de forma que es necesaria la sustitución de gran parte de las correas y de la totalidad del entablamento, empleando sistemas estructurales actuales siempre acordes con los muros originales que les sirven de apoyo, manteniendo su altura, disposición original y unidireccionalidad de los forjados.
Es de destacar la labor de la carpintería de madera. Recuperar la imagen original del edificio es todo un reto y además se convierte en papel protagonista de la obra, tan importante en la arquitectura de la época.
Ubicación