Memoria

Se trata de un Beach Club llamado “El Perchel”. Se sitúa en unos de los emplazamientos más significativos de nuestra isla. Su ubicación es limítrofe con la Playa de El Perchel, una playa de callo o, también conocido “canto rodado” que, desde tiempo inmemorial, ha sido y es, destino del surfista, por la calidad de la ola que “nace”, la cual está protegida por nuestras leyes de política territorial y sectorial.

Durante la ejecución de la obra se acondicionó el paseo que divide el Beach Club y la Playa de El Perchel, de esta manera se conectó peatonalmente el Pajar y Arguineguín, siendo, hoy en día, un gran atractivo turístico de la isla.

El nombre “El Perchel” surge de la antigua actividad que nuestros antepasados desarrollaban en esta playa. Los pescadores llegaban con el pescado y para conservarlo el mayor tiempo posible los abrían y los tendían al sol previo salado con agua, proceso denominado “jarea”. Este proceso conecta con la identidad corporativa del Beach Club, pues el logotipo consiste en una jarea abierta y tendida al sol con las perchas formadas por cuerdas y palos de caña.

En este enclave nace esta pieza comercial convirtiéndose en un Beach Club destinado al disfrute en familia, con gran oferta de ocio, gastronomía, relax, bienestar, actividades acuático-deportivas, …

Las piezas que componen la edificación se sitúan de tal manera que permiten la visión directa, en todos sus ángulos, hacia la piscina infinity y el Océano Atlántico.

La piscina alcanza en todo momento al usuario, y para esto, de manera serpenteante se diseñó la lámina de agua; desde su zona más profunda, circundada por dos hileras de hamacas con hidromasajes ubicadas en el interior de la piscina, en la zona más próxima al paseo marítimo, surgen dos “lenguas” de agua que se adentran hacia el acceso principal del establecimiento, destinadas a diferentes usuarios; una de las “lenguas” de agua finaliza en una piscina infantil, y, la otra “lengua”, finaliza en una zona de poca profundidad con acceso para discapacitados.

El proyecto cuenta con un restaurante, un chill-out, una ludoteca con piscina splash-splash, un restaurante japonés y una arrocería. Esta pieza se engarza con la zona de aseos y taquillas y a lo largo de esta fachada se hace un guiño a las perchas de nuestros antepasados, teniendo un ritmo de volúmenes que suben hacia el solárium “Cocoom” donde se puede apreciar todo el Océano Atlántico con la piscina de testigo.

En la planta bajo rasante se dispone de zona lúdico – deportiva, un spa wellnes, un restaurante, una zona de descarga de mercancía y un garaje subterráneo para sesenta vehículos.

En la zona del restaurante destinado a arrocería se diseñó un espacio diáfano utilizando para ello potentes luces con estructura mixta metálica y hormigón; en la cubierta de este espacio se dispone de unas cuadrículas de sistemas de madera de autoclave que permiten unas grandes luces; dichas cuadrículas están rodeadas por un sistema de leds perimetrales.

La cubierta del chill-out se ejecutó con un sistema de alas de avión de aluminio, generando un espacio diáfano y práctico para el desarrollo de eventos multitudinarios.

En general, la edificación se compone de materiales como la piedra, el hormigón, el vidrio, el porcelánico y elementos de fachada ventiladas, armonizando en el entorno que le rodea.

Ubicación