Casa en la calle Hermanos García de la Torre, Ciudad Jardín, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
C. Hermanos García de la Torre, 5. 35005 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2021
Superificie construida
494,00 m2

Arquitecta
Eva Llorca Afonso (proyecto)
Arquitecto
Hugo Ventura Rodríguez (estructuras y obra)
Arquitecta
Carmen Machado Bouza (obra)
Ingeniero
Juan Alberto Estupiñán Rodríguez (instalaciones)
Arquitecto colaborador
Javier Hernández Sánchez
Arquitecta colaboradora
Laura Trigo Ramírez
Aparejadora
Coromoto León Navarro
Promotor
Particular
Constructor
Emfoinsitu. Arquitectura Integral
Fotógrafo
Miguel Curbelo Ekstrand


Memoria

Casa en Hermanos García de la Torre. Una casa abrazando un jardín

La vivienda se sitúa en una de las calles racionalistas más emblemáticas de la ciudad, donde extraordinarias edificaciones y agrupaciones residenciales de Miguel Martín-Fernández de la Torre conforman un valioso conjunto, cuyas fachadas se alinean tras estrechas franjas ajardinadas.

Dicha continuidad se ha visto históricamente interrumpida por un gran vacío, un gran jardín ocupando la parcela objeto de actuación. Un fragmento de espacio libre y naturaleza que el proyecto reinterpreta junto a la calle, permitiéndole asomarse a ella desde un segundo plano para no interferir con las preciadas edificaciones del entorno. También, otorgando a ese espacio ajardinado un papel fundamental para enriquecer la vida doméstica y urbana.

La intervención, al liberar la esquina que conforman las vías con las que colinda la parcela y desarrollarse junto a los linderos más comprometidos por el entorno (el del fondo y el SE), construye una nueva fachada hacia ese jardín. Un nuevo telón de fondo que lo abraza ocultando las traseras de las edificaciones más próximas, protegiendo la intimidad del nuevo hábitat y enfocando las vistas hacia el contexto urbano más interesante y menos congestionado.

Un telón de fondo con vocación protectora pero también integradora, ya que a través de su estratégica permeabilidad concibe el jardín como un espacio único y continuo, determinado por diferentes ambientes interconectados visualmente a través de la propia vivienda; logrando así maximizar su disfrute hasta su último rincón. Una transversalidad que, incluso más allá de la parcela, también le permite relacionar paisajes próximos y lejanos, además de las distintas escalas del entorno.

Un dispositivo que, como si de un organismo se tratase, muta, se concentra al final del terreno y se extiende junto al lindero lateral más desfavorable; minorando su altura hasta la calle, a la que se aproxima como una bandeja flotante ajardinada.

Un organismo que se posa sobre el jardín mediante un juego de muros que determinan distintos ambientes interiores y exteriores en la parcela, modulando la relación entre ellos. Muros que generan interesantes secuencias visuales al entremezclar lo que está dentro y lo que está fuera, arquitectura y naturaleza. Secuencias enriquecidas por la superposición de vistas directas, cruzadas y reflejadas sobre las grandes superficies acristaladas. También por los juegos de luces y sombras, por el acontecer de la naturaleza. A pesar de su carácter estático, la vivienda se plantea como dispositivo interactivo, en función del espectador.

Un dispositivo que los patios anclan al terreno y vinculan con el cielo introduciendo la naturaleza hasta el sótano y favoreciendo la continuidad espacial, al permitir conexiones visuales entre todos los niveles. Una fluidez a la que el espacio de comunicación vertical contribuye especialmente ya que, además de articular funcionalmente el proyecto, también constituye su centro; el lugar que permite conectar – visualmente y en todas direcciones -, distintos espacios interiores y exteriores.

La planta superior se configura mediante un cuerpo, también continuo, pero conformado por distintos volúmenes puros asociados a diferentes usos y que – en función de las condiciones del entorno -, se contrae o se extiende, se abre o se cierra; tratando de proteger la intimidad de sus habitantes, asomándose hacia las vistas más interesantes y ocultando las más desfavorables. Un organismo mutante que, a pesar de su rotundidad, juega con la ambigüedad de sus límites mediante el patio en fachada y las cornisas en vuelo que infiltran las vistas hacia el entorno y el cielo. La vegetación también aflora en él a través de su patio y de las cubiertas ajardinadas y, a pesar de su condición, en ocasiones hermética, las vistas lo atraviesan en todas direcciones.

En definitiva, el proyecto se configura a partir del contexto, atendiendo a la importancia de las edificaciones racionalistas que conforman la calle y a los puntos de vista más interesantes. También tratando de reinterpretar el jardín preexistente como recurso para enriquecer la vida doméstica y urbana, e incluso planteando la vivienda como un dispositivo para ocultar las edificaciones más próximas y, a la vez, permitir el máximo disfrute del espacio libre resultante, de la naturaleza y de las vistas; incluso más allá de la parcela. Su posición y configuración en el terreno, su carácter transversal y su materialidad, le permiten generar múltiples secuencias y efectos visuales para conectar estratégicamente diferentes espacios interiores y exteriores, así como distintas escalas del contexto; convirtiéndose en un dispositivo interactivo, capaz de provocar diferentes experiencias sensibles, en función del espectador.


Ubicación